Es esta una historia sin tiempo, sin espacio. Pudo ocurrir en cualquier momento y en cualquier lugar.
Despertó...
Era muy tarde, demasiado, apenas si tenía tiempo de desayunar algo frugal, lavarse y vestirse.
Apenas tiempo para mirarse al espejo..., pero no para afeitarse o descubrir signos de cansancio..., sino para descifrarse una vez más, una mañana más. En todo el día tendría un momento más para poder hacerlo. Y era importante para él buscarse en ese espejo, descubrirse a sí mismo.
El único momento del día para sí mismo.
Después ya sólo podría pensar en ella, al igual que el resto del tiempo, incluso cuando dormía.
¿Por qué pensaba tanto en ella? ¿Pasión?¿Obsesión? Un poco de ambas pero no exactamente, la única respuesta que cabía en el por qué de dedicarle todo su yo a ella era bien sencilla...Tenía dos corazones.
Cuando un hombre se enamora de una mujer explota su yo y pasa a convertirse en un yo más grande y hermoso que encierra las almas de los dos. En su caso esa transformación se había producido multiplicada por dos.
Si una vez hubo un hombre que amó más que nadie a una mujer este hombre duplicaba ese sentimiento.
Luego cada una de las imágenes que se dibujaban en su cabeza, cada sentimiento o sensación, cada palabra y gesto,...,todo era para ella.
El hombre más enamorado de todos los tiempos. El amante de los dos corazones.
Continuará........
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